domingo, 23 de diciembre de 2012
lunes, 10 de diciembre de 2012
Cortázar.
“Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado...”
martes, 4 de diciembre de 2012
Topolobampo
Quisimos ir a Topolobampo.
Los días y las noches son muy peligrosas en este pueblo,
pero sobre todo las noches, que resultan a veces fatales.
Era de noche y nada cambiaría los acontecimientos.
Topolobampo se fugaba despistadamente con el humo de la habitación 209. La noche de aquel día, tras la puerta, se incendiaba el lenguaje que habla el universo.
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