martes, 15 de marzo de 2011

a los frijolitos de mi madre, no los cambio por nada

Ayer cené alcachofas con pasta y espárragos. Un gin tonic que guardaba con recelo la última gota de cordura que quedaba... y hablando de que los corazones se estiran como una puta liga, van a China y vuelven, recuerdo que siempre me hizo falta tener un gramo, un granito más de paciencia.
Un milímetro, una pulgada, una gota, un acento, un punto, una coma, un beso o un acordeón. Esa es la diferencia entre la gente que va por el mundo haciendo cosas así nomás.

Yo creo que todo es como es y lo hago así, no mal, no bien... diferente. Además me encantan los frijoles que hace mi mamá. No mueran sin probarlos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario